La categoría femenina nace a finales de los años 60, y disputa su primer partido frente a la selección checoslovaca ante la que salió vencedora por 2:1 el 23 de febrero de 1968. El fútbol femenino no estuvo reconocido por la FIFA ni por la FIGC Femenino, que no se crearía hasta el 11 de marzo del mismo año. Italia se despidió en el 15.º lugar cerrando, con polémica, la hasta la fecha su peor participación en un Mundial de fútbol.