Después de su respectivo juicio (en el que Colombo y el portero del club, Enrico Albertosi, fueron sancionados de por vida) el Milan (entre otros clubes como la Lazio, el Avellino y el Bologna) descendió a la Serie B del fútbol italiano. Pese a que Erny Brandts adelantaría con un autogol a los italianos, finalmente serían los neerlandeses los que, pese a no contar con su gran estrella Johan Cruyff, acabarían venciendo por 2-1 y accediendo a la final del campeonato contra la anfitriona Argentina, vencedora del otro grupo, y días después, del torneo.